sábado, 7 de agosto de 2010

REFLEXIONES MOTERAS: El color del cristal

    Cada cual busca su manera de distinguirse del resto de la manada. Los raperos, con sus cadenas y sus ropas 7 tallas más grandes, los bacaladeros, con su corte de pelo cepillo, su chándal , los zapatos de plataforma, las cadenas otra vez… estos prendas , en su pretensión de ser diferentes al resto , más auténticos que dicen, acaban yendo todos iguales cual clon ovino .Personalmente paso de todas esas chorradas y voy cómo me sale de las narices ese día. Me levanto un día recurriendo a mi “colega” Adolfito Domínguez., otro día, la mayoría de las veces, unos vaqueros y la camiseta de rigor cumplen su función.

      Generalmente unos vaqueros que debieron haberse jubilado hace tiempo, pero que para mí tienen un significado especial, casta que dirían, al igual que mi vieja burra .Hace un año que compré la moto nueva , pero a pesar de las burlas y bromas por parte de algunos “sobraos” , me quedé con las dos. Su bajo coste de mantenimiento y sobre todo los recuerdos, me hicieron optar por esa opción. Porque, donde unos ven una vieja moto o simplemente desfasada, yo veo otra cosa. Una compañera de viaje que jamás me dejó tirado en mi largo recorrer. Viajes, rutas, aventuras, buenos momentos en solitario y en compañía de otros moteros y amigos. Todo eso es algo que un tío valora, saber que en un lago viaje, en una salida golfa a las 2 de la mañana, para rondar a esa piba, tu compañera de viaje no te dejó tirado.

Son diferentes perspectivas de ver las cosas. Esa fiabilidad, esos buenos momentos que te dio y que te sigue dando. A un amigo(o amiga, que si no se nos mosquea la “menestra”) no se le deja tirado a la primera de cambio. Para ese viejo amigo, siempre se encuentra un ratín en el que dar un rule, recordando los buenos momentos.

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