Desde el día tres de noviembre lloviendo y lo que queda. Con unas ganas de sacar la moto del garaje y darse un rule , como el resto de moteros , no queda otra que ir en el puñetero coche , trasporte público o andando . Y es en este momento, caminando bajo la lluvia y sorteando charcos , cuando me cruzo con scoters , mensajeros, alguna moto…Donde quedamos los que ,con la boca bien grande , junto a nuestra super mega moto de marca “jariguai” , enfundados en un mono o chupa del material más molón y el casco de un montón de euros alardeamos de eso , de lo moteros que somos ; pero , en cuanto caen cuatro gotas, con la boca bien pequeñita , nos quejamos de lo que llueve , que faena , quiero montar en moto, bla, bla,bla…Pero es esa gente , por obligación en su mayoría, supongo , los que se arman de valor y ajenos a la que esté cayendo , con resignación , sacan la burra y hacen uso de élla. Más mérito tiene aquel que,bajo el aguacero , ¡se trinca la bicicleta y se desplaza por la ciudad! , no sé si por lo ecológico o por qué , pero cada vez que me cruzo con alguno de los “colgaos” anteriormente descritos , me dan ganas de acercarme al tipo y decirle “ tú si que vales chaval”. Lo dicho , las dos orejas y el rabo.
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